Otaku : Unknown
mayo 02, 2013
Muchas veces nos centramos mucho en las series u
Ovas de animación japonesa y dejamos de lado las películas del cine animado japonés. La mayoría de las veces estas películas de comercialización mundial están centradas en series o mangas ya existentes. Por otro lado encontramos también a las de guión original que han ganádose un puesto muy importante para nosotros, los espectadores.
La siguiente será, pues, una lista de lo que consideramos, lo dejámos a su criterio, han sido las mejores películas producidas en cuanto a cine de animación japonés.
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Fue la película que catapultó definitivamente el anime fuera de Japón y convirtió a Katsuhiro Otomo,
su realizador, en uno de los referentes de culto del género. Basada en
un manga del propio Otomo, la película sigue las peripecias de Kaneda y Tetsuo,
dos jóvenes pandilleros que descubren un experimento militar con niños
que tienen poderes psíquicos. Aunque han pasado 25 años desde su
estreno, su nivel y técnica de animación sigue resultando espectacular,
sobre todo en las escenas de persecución en moto por las calles de Neo-Tokyo.
2.Ghost in the Shell (1995)
A partir de un manga de Masamune Shirow, Mamoru Oshii
facturó esta joya visionaria que nos sumerge en un mundo altamente
tecnificado e interconectado. La Sección 9 de la policía es el
departamento encargado de localizar y perseguir a los cyberhackers
más peligrosos del mundo, entre los que destaca el escurridizo The
Puppet Master. Bajo el disfraz de un thriller policiaco, Oshii
desarrolla una parábola existencial sobre los principios que nos hacen
humanos, la posible conciencia de las máquinas y los peligros de una
sociedad volcada en el individualismo.
3. Paprika (2006)
Una cruel enfermedad nos dejó prematuramente sin Satosi Kon, cuyo testamento cinematográfico es esta imponente delicia visual que guarda más de un parecido razonable con el Origen
de Nolan. Paprika es una joven terapeuta que trata de encontrar la
máquina de los sueños, un ingenio científico que permite a psicólogos y
psiquiatras introducirse en los sueños de sus pacientes. En las manos
equivocadas, la máquina puede convertirse en una puerta a los más dulces
sueños y, también, a las más terribles pesadillas.
4. Mi vecino Totoro (1988)
El mismo año de Akira y La tumba de las luciérnagas, Hayao Miyazaki
escribió y dirigió uno de sus títulos más emblemáticos e influyentes.
Dos jóvenes se trasladan al campo para estar cerca de su madre enferma,
descubriendo en el cercano bosque la morada de unos espíritus guardianes
llamados totoros. Miyazaki despliega con maestría su dibujo claro y
preciso, de tonos dulces y amables, para evocar una fábula ecologista
que a la vez supone una hermosa reflexión sobre los ritos de paso y el
tránsito de la infancia a la adolescencia.
5.- Perfect Blue (1997)
Sueños, realidad y ficción se funden y confunden en esta pieza de orfebrería narrativa del maestro Satasi Kon. Mima
es una cantante pop reconvertida en actriz que sufre el acoso de un fan
y el tormento que le produce una serie de visiones sobre su pasado. A
partir de una novela superventas de Yoshikazu Takeuchi,
Kon orquesta una sucesión de secuencias en las que nunca sabemos si
somos testigos de una historia real o contemplamos los delirios de la
protagonista. Cisne negro chupa rueda.